Mi trabajo parte de una mirada que pone en el centro a la persona, su experiencia única y su capacidad de transformación. Concibo la psicoterapia como un encuentro auténtico donde se abre un espacio para la escucha profunda, el diálogo sincero y la posibilidad de comprender el propio sufrimiento con más claridad y compasión. No se trata de corregir lo que "anda mal", sino de acompañar el proceso de hacer sentido, de recuperar la propia voz y de vivir de forma más coherente con lo que uno es.
Mi trayectoria profesional comenzó en el ámbito de los servicios sociales, donde trabajé con personas en situaciones de vulnerabilidad. Esa experiencia me dio una comprensión viva del sufrimiento humano y de la complejidad de los contextos sociales, familiares y emocionales que atravesamos. Allí aprendí la importancia de una presencia que no impone, sino que acompaña.
A lo largo del tiempo, fui profundizando en diferentes enfoques terapéuticos, y el psicodrama ha sido una herramienta que me ha enriquecido especialmente. A través del cuerpo, la escena y el juego, el psicodrama permite poner en movimiento aspectos internos que a veces no alcanzamos solo con la palabra. Me ha enseñado que lo emocional, lo simbólico y lo relacional pueden integrarse de forma potente y transformadora en el proceso terapéutico.
Trabajo desde un enfoque humanista, donde lo psicodinámico y el psicodrama nutridos con un fondo sistémico me permiten adaptarme siempre al ritmo y a las necesidades de cada persona. Mi forma de acompañar no busca dar respuestas cerradas, sino facilitar un proceso donde puedas encontrarte, elaborarte y elegir con más libertad.
Si consideras que es momento de iniciar un proceso de exploración personal y crees que puedo acompañarte en ese camino, estaré disponible para conversar y valorar juntos cómo empezar.