Construir una relación de pareja es un cambio vital ilusionante pero complejo. Unir el afecto, la intimidad en un proyecto de vida en común requiere abordar un trabajo interno y externo. Reconocer las necesidades emocionales que guían nuestra elección de pareja, los temores asociados, la perdida de individualidad, la dependencia emocional, celos, rivalidades.
Definir y cuidar la relación de cara a nuestras otras relaciones, establecer límites, no muros, que preserven la conexión de la pareja sin erosionarla. Definir los límites con relación a uso de pantallas, alineación inducida por la tecnología, la pornografía.
Encontrar rutas comunes frente a las situaciones de crisis que permitan superar el caos, protegerse en la vulnerabilidad y expandirse juntos.
Nuestro modo de intervenir en pareja va dirigida a reconocer lo que une y lo que separa a las personas que la constituyen, consolidar la pareja desde el modo de pensar, sentir y actuar con sus necesidades y sus capacidades. Esclarecer y reparar el sufrimiento compartido en su historia en común.
Hicimos nuestra esta definición de querer. Querer es amplificar el bienestar del otro. Esa es nuestra propuesta de intervención.