¿Sientes culpa o ansiedad después de comer?¿Has intentado muchas dietas sin lograr la relación que deseas con la comida?¿Comes a escondidas o evitas comer delante de otras personas?¿Notas que comes no por hambre, sino para calmar emociones como la tristeza, el estrés o el aburrimiento?
¿Te resulta difícil parar de comer aunque ya no tengas hambre?¿Tu estado de ánimo depende de cómo te ves en el espejo?¿Te comparas constantemente con los cuerpos de otras personas?¿Evitas actividades sociales o deportivas por miedo a ser juzgado/a por tu aspecto físico?¿Tu autovaloración depende de tu peso o tu talla?¿Te cuesta aceptar cumplidos sobre tu físico o te generan incomodidad?¿Pasas gran parte del día pensando en la comida, el peso o el ejercicio?
¿Te pesan más los números de la báscula que cómo te sientes?¿Has restringido alimentos de forma muy estricta, incluso cuando sabes que pueden ser necesarios para tu salud?¿Sientes que nunca es suficiente el esfuerzo que haces por controlar tu cuerpo?¿Tienes miedo intenso a engordar, incluso aunque tu entorno te diga lo contrario?
Los trastornos de alimentación son una colección de curiosos y misteriosos procedimientos que ocupan un ámbito extenso donde las personas conviven con el miedo, la tristeza, el silencio y la culpa. Podemos convertir nuestro cuerpo en un campo de batalla, anorexia, bulimia, atracones.…
Nuestra intervención con las personas que sufren en la relación con su cuerpo se sostiene en una idea y en un sentimiento. La renuncia a la fantasía de grandiosidad y control y mirarnos desde un sentimiento de validación y ternura.


