Malestares físicos con componente emocional

¿Alguna vez has sentido un nudo en el estómago o en la garganta cuando estás bajo presión? ¿Sientes con frecuencia presión en el pecho o palpitaciones en situaciones de estrés mantenido? ¿Tienes dolores musculares persistentes, migrañas, problemas gastrointestinales, fatiga crónica, bruxismo entre otros sin que te encuentren causas médicas que los justifiquen? Estos pueden ser signos de afecciones psicosomáticas, donde las emociones no gestionadas se manifiestan a través del cuerpo.

 

Las afecciones psicosomáticas no son “imaginarias” ni una exageración. Son reales, dolorosas y complejas. A menudo, los estudios médicos no encuentran una causa física concluyente, lo que genera frustración tanto en pacientes como en profesionales de la salud.

 

La mente y el cuerpo no están separados. Tratar sólo el síntoma físico sin atender al estado emocional es como tapar una grieta sin revisar el cimiento. También cuando el cuerpo enferma sentimos malestar emocional en forma de frustración, miedo, rabia...

 

La psicoterapia no reemplaza la atención médica, pero la contempla de forma poderosa mejorando el malestar generado por los síntomas físicos.

 

El cuerpo habla un lenguaje que a veces necesitamos que nos ayuden a entender. El cuerpo no es ajeno a las situaciones que vivimos, la fatiga, el dolor persistente sin una causa orgánica aparente, está revelando el silencio con el que nos enfrentamos a los conflictos que no sabemos revolver, encubrimos, escondemos o reprimimos. El término somatización Wilhelm Stekel (1925) lo definió como una conversión de los estados emocionales en síntomas físicos. El cuerpo habla un lenguaje que a veces necesitamos que nos ayuden a entender

 

Nuestra intervención tiene como objetivo el estudio de los procesos psicológicos asociados a la respuesta emocional que subyace a la aparición de somatizaciones. 

Malestares físicos con componente emocional

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